Puedes llegar al Duero en coche o en tren, pero deslizarte en barco cambia por completo el ambiente de tu viaje. Desde la cubierta, el paisaje no pasa a tu lado, sino que se eleva a tu alrededor. Las terrazas suben tan alto que parecen escaleras verdes hacia el cielo, y cada recodo esconde un nuevo pueblo o un viejo puente de piedra. No es un momento de "tachar cosas de la lista", sino de los que repites en tu cabeza mucho después de llegar a casa.
- Duración: Los viajes cortos con base en Oporto duran 50 minutos (como el Crucero de los Seis Puentes).
- Ideal para: Parejas, fotógrafos o cualquiera que busque un ritmo más lento.
- Consejo profesional: Para vivir la experiencia más mágica, Reserva una salida a última hora de la tarde. La luz de la hora dorada sobre el río y las atracciones del valle del Duero es inolvidable.